Por qué hay que dejar los desnatados

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Los lácteos con toda su grasa no son peligrosos para tu salud, al contrario, pueden ayudarte a perder peso y vivir mejor
Ya sé que has hecho las paces con la grasa, porque la grasa es inocente. Te estás aficionando a los aguacates y las nueces, e incluso te has dado cuenta de que el tocino de cerdo es casi tan rico en ácidos grasos saludables como el aceite de oliva. Sin embargo, cuando llegas al pasillo de los lácteos en el supermercado, sigues eligiendo yogures desnatados.
Si existen lácteos desnatados es porque durante cuarenta años hemos sufrido recomendaciones sanitarias basadas en mala ciencia y ayudadas por intereses comerciales. Es a causa de una injustificada demonización de las grasas saturadas. Esa misma desinformación es la que ha llevado a consumos exagerados de azúcar, y al ascenso en los casos de obesidad y diabetes.
Por si esto no te convence, aquí tienes algunas razones más para tomar tus lácteos enteros:

Te ayudan a perder grasa

Por enésima vez, la grasa no te hace acumular grasa, el azúcar sí. Esos lácteos desnatados están hasta arriba de azúcar, porque con la grasa le han quitado todo el sabor. En una revisión de estudios del European Journal of Nutrition los datos mostraron que las personas que tomaban lácteos con toda su grasa tenían menor riesgo de padecer obesidad.  En un estudio del año pasado con más de 18.000 mujeres se comprobó que las que tomaban lácteos enteros sufrían menos sobrepeso. El motivo es que la grasa y las proteínas en los lácteos son saciantes, y hacen que estas personas consuman menos calorías de azúcar y almidón en el resto de las comidas.

Previenen la diabetes

Evitar el sobrepeso es una de las formas más seguras de prevenir la diabetes, pero a igualdad de peso, la grasa de los lácteos ayuda tu metabolismo. En un estudio de la universidad de Tufts se observó que las personas que toman más grasa de lácteos tenían un riesgo un 46% menor de desarrollar diabetes. La grasa hace que la glucosa en sangre suba más lentamente, evita los picos de glucosa después de comer y aleja el riesgo de convertirte en resistente a la insulina.

Mejoran tu perfil de colesterol

El nivel de colesterol total no tiene una relación directa con las enfermedades cardiovasculares, pero si tus niveles de colesterol “bueno” HDL son bajos, junto con inflamación y triglicéridos altos, tus papeletas para el infarto aumentan. El consumo de queso graso, como el de otras grasas saturadas, hace aumentar los niveles de HDL y no afecta a los demás factores de riesgo.

Se digiere mejor

Algunas personas tienen problemas digestivos con los lácteos, que les producen gases e hinchazón. En muchos casos esto está relacionado con la lactosa, el azúcar de la leche. Con la edad la intolerancia a la lactosa es más común. Sin embargo, los lácteos con toda su grasa tienen menor contenido en lactosa. Otro ácido graso llamado butirato presente en los lácteos puede además ayudar a tu intestino y mejorar los síntomas del colon irritable.

Evitas el azúcar

La grasa es la que permite el transporte de sabores, y sin grasa, tu yogur desnatado sabe a plástico. La industria soluciona esto añadiendo grandes cantidades de azúcares a los lácteos desnatados, bien sea directamente, o disfrazada en forma de compota de fruta, que puede hacerte pensar que es saludable, pero solo es más azúcar. Ese yogur de 125 ml, marcado como 0% grasa, te está proporcionando como mínimo 16 gramos de azúcar, dos sobres y medio.
Si aún no sabes cómo perder grasa reduciendo el azúcar, este capítulo del libro Operación Transformer te ayudará a comprenderlo mejor.
Descubre el placer de tomar tu yogur y tu queso con toda su grasa. Tu salud te lo agradecerá.