Tres propósitos: Sayonara Coca-Cola

Los refrescos dan más sed, engordan, son flatulentos y no te dejan dormir. Bebe agua.
Esto es lo que te propongo en el segundo de la serie de tres propósitos para el nuevo curso que publico esta semana. Di también adiós a la Pepsi, Fanta, Schweppes, tónicas, zumos con burbujas y cualquier otro refresco, no voy a hacer distinciones.
Ojo: esto no tiene nada que ver con esos bulos en cadena y leyendas urbanas que aseguran que la Coca-Cola contiene anticongelante, disuelve los huesos, es tan tóxica como el arsénico y es responsable del 11-S y la crisis financiera. Los refrescos no son buenos para tu salud, pero no te van a matar. Al menos hoy no.
Una norma general para cuidarse es “no bebas calorías”. Pero como también hay refrescos que dicen tener cero calorías (imposible, tendrán pocas, pero no cero), conviene saber qué otras cosas contienen. Mucha gente piensa que el problema son los aditivos, como colorantes y aromas artificiales. Lo que debe preocuparte es mucho más simple:

Azúcar
En una lata de Coca-Cola hay 37 gramos de azúcar. Eso son cinco sobres de los del café. En la página Sugarstacks se puede ver el equivalente en terrones. Si bebes una botella de dos litros al día estás metiendo en tu cuerpo cerca de un cuarto de kilo de azúcar, o unas 900 calorías de más. Eso sin contar el azúcar que tomes con otros alimentos. Di adiós a tu cintura.
Cafeína
Está bien. Tomas Coca-Cola light, sin azúcar. Pero en esa lata sigue estando la cafeína. Con moderación la cafeína no tiene por qué ser perjudicial, pero es muy fácil pasarse. En una lata hay 35 mg de cafeína. En una botella de dos litros, 220 mg, suficiente para provocar ansiedad e insomnio. ¿Tomas café después? Sigue sumando miligramos y añade el dolor de cabeza y el de estómago.
Sal
Si estás justamente preocupado por todo lo anterior, puede que te hayas decidido por la versión light sin cafeína de tu refresco favorito. Debes saber que una lata de Coca-Cola contiene 35 mg de sodio, es decir, una pizca de sal. No es mucho, pero la sal hace que tengamos más sed. El efecto es aún mayor si añadimos la cafeína, que tiene un efecto diurético, haciéndonos perder agua a través de la orina, y el azúcar. Tu refresco enciende tu sed.
Ácido
La leyenda urbana dice que es buena para limpiar el váter. Lo cierto es que hay limpiadores más efectivos, pero eso no impide que la Coca-Cola sea tan ácida como el vinagre. El azúcar lo disimula. A esto contribuyen las burbujas, que son CO2, un ácido, y el ácido fosfórico. La acidez ataca el esmalte dental, y en combinación con el azúcar es toda una receta para la caries. El fósforo a su vez tiene el efecto de desplazar al calcio (que además se pierde con la orina) y debilitar los huesos.
Ah, y como contiene gas disuelto, produce gases. La ecuación es así de simple, no hay mucho más que explicar de ellos ni de sus vías de salida del cuerpo.
No necesitas los refrescos. Es un pequeño cambio que puede dar grandes resultados. Bebe agua. ¿Te aburres? Añade unas rodajas de limón a una jarra de agua. O bebe té. Di adiós a la Coca-Cola.