Alternativas a los dulces de Halloween

Halloween

Halloween es una excusa para que los pequeños se atiborren de golosinas. Ayúdales a sobrevivir.
Cuando yo era pequeño Halloween era algo que salía en las películas americanas y no se entendía bien del todo. Hoy forma parte del calendario dietético de los más pequeños: un día de barra libre de chucherías. ¿Hay motivo para preocuparse por la salud de esos niños disfrazados de vampiros y momias?
Por supuesto el problema no es el azúcar consumida en un día, sino la que se consume a lo largo de todo el año. Según la Universidad Autónoma de Barcelona el consumo de azúcar aumentó en un 20% hasta 2003, a pesar de que el consumo de azúcar blanca de mesa había descendido. Porque el azúcar se esconde en todos los alimentos, desde los refrescos hasta las salsas. España aún está lejos de EEUU, donde el consumo se ha triplicado en 50 años, pero vamos en camino.
La batalla de Halloween para salvar a los niños de los caramelos está perdida, pero si quieres minimizar los daños en esta noche de terror, aquí tienes algunos consejos:

  • Calabaza: la cucurbitácea tradicional, asada y servida en brochetas es una sana golosina
  • Caramelos duros: mejor que los blandos masticables. Se pegan menos a los dientes (menos riesgo de caries) y duran más tiempo, con lo que se comen en menor cantidad.
  • Fruta con chocolate: prueba unas fresas o trozos de plátano bañadas en chocolate oscuro derretido
  • Frutos secos: incluso si están cubiertos de chocolate, son mucho más sanos que un caramelo
  • Mandarinas: decora las mandarinas con rotulador negro para pintarles una cara terrorífica

El azúcar es adictivo. Aunque la noche de los muertos sea más complicado, mantén a tus hijos a salvo el resto del año.
Foto: Halloween lantern de Shutterstock, no reutilizar