Supera la cuesta de enero: arregla tu cuerpo

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Vamos a suponer que estas Navidades te han dejado hecho un asco, y que además antes tampoco estabas en forma. No te preocupes, tiene arreglo
Demasiada televisión, demasiadas cenas, y tu único ejercicio ha sido pasar del sillón a la mesa del comedor.
Si antes de las vacaciones de Navidad eras una persona deportista, esto no es para ti. En un par de semanas estarás otra vez en forma sin lesionarte. Ya sabes cómo hacerlo.
Esta entrada es para ti, que llevas esa vida sedentaria entre la tele, la oficia y el sillón todo el año, no es solo en Navidad. Si no recuerdas la última vez que te pusiste a correr. Es para ti si jadeas al subir tres escalones. Si tienes miedo de que tu sobrepeso empiece ya a afectar a tu salud. Si los niños se ríen de ti en el parque. Es para ti si te cansas hasta pensando en cambiar, pero quieres cambiar.
En definitiva, si estás hecho un asco, y este año has decidido dejar de estar así, sigue leyendo. Lo que propongo es muy sencillo. Durante una semana tienes que hacer una sola de estas cosas, pero la harás todos los días:

  • Olvídate de que existe el ascensor. Sube siempre por las escaleras. ¿Son muchos pisos? Bájate antes del ascensor y sube dos pisos a pie. Al día siguiente que sean tres, y así sucesivamente.
  • Ponte unas zapatillas y sal a correr. Todos los días. Da igual si solo aguantas dos minutos, o una vuelta a la manzana. Al día siguiente harás más.
  • Bájate antes del autobús, el coche o el metro y camina hasta tu trabajo o tu casa. Una parada el primer día, dos el segundo, y así sucesivamente.
  • Haz diez flexiones. ¿No puedes? Apóyate en las rodillas. ¿Ni siquiera así? Hazlas de pie, inclinado contra la pared. Al día siguiente, inclínate un poco más para que te cueste más trabajo.

El único truco es hacer ejercicio todos los días durante una semana, aunque sean unos minutos. Incluso cinco minutos es mejor que nada. La única condición es que cada día hagas un poco más que el anterior. Apunta todo lo que haces para ver tu progresión.
Estás atacando dos mecanismos básicos dentro de ti. Por un lado tu cerebro, instalando un nuevo ritual. Al cerebro le gusta la repetición, y por una vez, repetirás algo que es bueno para ti. Si aguantas 21 días estarás en buen camino para hacer ese cambio permanente.
Por otra parte, estás acelerando tu metabolismo. Con un metabolismo lento, tu cuerpo se agarra a la grasa como si fuera una tabla de salvación. Si te mueves, tu cuerpo se acostumbra a quemar más energía, y poco a poco facilitas que empiece a quemar grasa de nuevo. Si además cambias tu dieta, vas a notar la diferencia.
Después de una semana empieza a leer el resto del blog, y muy especialmente los Mandamientos y  la Operación Transformer.  Bienvenidos al comienzo de vuestro nuevo cuerpo.