Por qué fallan todas las dietas


Las dietas no son la solución para tener un cuerpo más sano y más atractivo. En muchos casos te dejarán peor de lo que estabas.
Así que has empezado una dieta. Pasado el entusiasmo inicial, y tras perder unos cuantos kilos, compruebas que el progreso es mucho más lento, y la motivación desaparece. Según un estudio de The Lancet, entre el 50% y el 80% de la gente que hace dieta recupera después el peso, con propina. Estos son los principales motivos del fracaso:

  • Hacer solo dieta sin ejercicio: Este es el error más frecuente. Si comes menos, tu cuerpo perderá grasa, pero también músculo. Llegará un momento en que no puedas pasar más hambre, y comerás más de todo eso que echas de menos. Ganarás grasa, pero el músculo se habrá ido para siempre. Serás un delgado-gordo. El ejercicio es la única forma de preservar y hacer crecer tus músculos.
  • Tener prisa: Si alguien te promete perder diez kilos en tres semanas, sal corriendo en dirección opuesta y no mires atrás. El cuerpo tiende a la homeostasis, es decir, a quedarse como está. Si fuerzas un cambio radical, como perder mucho peso, la tendencia natural es a recuperar el estado anterior. Nunca pierdas más de medio kilo por semana, y asegúrate de que es grasa.
  • Tu cuerpo se rebela contra la dieta: Las dietas someten a estrés a tu organismo, y se producen cambios hormonales, en concreto, más cortisol. Esta hormona hace que aumenten tus niveles de azúcar y que almacenes más grasa en tus michelines, incluso comiendo menos. También desciende tu metabolismo basal, con lo que tu cuerpo se adapta a quemar menos calorías, y se producen cambios en tu cerebro que hacen que tengas antojos de comida trampa.

Las dietas son una sacudida a nuestro organismo, no son un estilo de vida. Si quieres perder peso y mantenerlo, tienes que acostumbrarte poco a poco a comer sano el resto de tu vida, y hacer ejercicio el resto de tu vida. Es decir, tienes que cambiar tu vida. Lo demás son cuentos y amenazas a tu salud.