Para qué sirven las pruebas de intolerancia alimentaria


Así que dejando de comer plátano y anchoas perderás peso y se te quitarán los gases. Quedarás como nuevo, prometen. ¿Te lo crees?
La web está llena de ofertas de tests de intolerancia alimentaria que prometen detectar la comida que te hace daño, hacerte adelgazar, curarte los gases, depurarte y prevenir enfermedades. ¿Tiene sentido?
La intolerancia alimentaria existe. Pero no confundas la intolerancia con la alergia a los alimentos. La alergia requiere la presencia de un anticuerpo, la inmunoglobulina E. Es la que se mide cuando vas al médico y te hacen la famosa prueba con dos líneas de pinchazos en el brazo. Tampoco se debe confundir la intolerancia con la celiaquía, que es una enfermedad autoinmune.
La intolerancia provoca una reacción adversa a determinados alimentos, con síntomas como urticaria, congestión nasal, nauseas, gases o estreñimiento. En estos casos de intolerancia hay un aumento de la inmunoglobulina G, que es precisamente la que se mide en los tests de intolerancia alimentaria con análisis de sangre. Pero por desgracia, la correlación no implica causación. Si cada vez que lavas el coche llueve, no es que estés causando tú la lluvia. Si tienes inmunoglobulina G cuando comes pepino no quiere decir que seas intolerante al pepino. Puede ser que sea lo último que hayas comido, o lo que comas más frecuentemente.
La única forma de descubrir una intolerancia alimenticia es una dieta de eliminación, en la que evitas comer un alimento durante unas semanas, compruebas los resultados y pasas al siguiente.
¿Qué hay de los tests de bioresonancia? ¿Y los que analizan el pelo? No necesitan extraer sangre, son rápidos, pero la verdad es que no tienen ninguna base científica ni credibilidad alguna.
Tipos de test de intolerancia

  • Análisis de sangre: se extrae sangre para medir la respuesta de la inmunoglobulina G a diferentes tipos de alimentos. Sin embargo, esta respuesta no indica que seas intolerante a ese alimento. Los resultados no son de fiar.
  • Dieta de eliminación: Consiste en evitar un alimento concreto durante unas semanas, y comprobar si desaparecen los síntomas. Es largo y costoso, pero es la única forma segura.
  • Resonancia biomagnética: No está demostrado que los tejidos vivos respondan a las ondas electromagnéticas por resonancia, ni mucho menos a las ondas de un pepino o un tomate. Una pérdida de tiempo y dinero.
  • Análisis del pelo: tomando una muestra de pelo se analiza para comprobar el contenido en metales pasados, aunque no hay ninguna relación entre éstos y las alergias. No sirve.