La verdad sobre el pan integral


Mucha gente piensa que lo integral es más sano, pero ¿engorda menos? y sobre todo ¿es integral de verdad?
En España cada vez se come menos pan, y no es de extrañar, porque con honrosas excepciones, el pan suele ser de baja calidad, industrial y sin sabor. La industria alimentaria hace algo terrible con los cereales: los convierte en harinas refinadas. Eso quiere decir que del grano de cereal solo queda el almidón, que es el ingrediente principal del pan blanco.
En este proceso se elimina el germen, donde se encuentran los ácidos grasos esenciales y las vitaminas, y la cáscara, que contiene la fibra y los minerales. ¿Por qué? Porque la harina refinada se conserva durante más tiempo sin ponerse rancia. El pan blanco tiene muy poco valor nutricional, muchas calorías vacías y un índice glucémico muy elevado, lo que quiere decir que dispara tu insulina y contribuye a que acumules grasa.

No te fíes del color

Hay quien piensa que es más sano comer pan integral, y en parte tienen razón. El pan integral tiene un índice glucémico más bajo, y mantiene tus niveles e glucosa más tranquilos. Pero el pan integral no tiene menos calorías que el pan blanco, y en ocasiones tiene más. Ya sabes que las calorías no lo son todo, pero hay que medirlas si no te quieres pasar.
Por desgracia, la harina y los panes integrales que se encuentran en los supermercados no son realmente integrales. Por lo general están hechos de harina refinada a la que se añade salvado (la cáscara) más tarde. Esto aporta fibra y minerales, pero poco más. Por otro lado, los panes multicereal no tienen por qué ser integrales, pueden ser harinas refinadas de varios tipos. El color tampoco es una guía. El pan de centeno puede ser oscuro, pero fabricado con harina refinada, y en otros casos se añade caramelo como colorante.
Encontrar panes y harinas integrales de verdad es complicado. En algunos herbolarios tienen pan integral con grano completo, pero a precios elevados. Una alternativa interesante es el pan esenio o pan ezequiel, que se hace con los granos enteros germinados, conservando todas las proteínas, vitaminas y minerales, y que contiene menos almidón que el pan normal.
El pan integral, aunque sea falsamente integral, es una opción menos mala que el pan blanco, porque al menos consumes fibra. En general, intenta comer menos pan, pasta y cereales de desayuno, y más verduras y legumbres. Tu cuerpo te lo agradecerá.