El gourmet saludable: pudding de queso y chocolate


Un postre para disfrutar sin sentirse culpable, que se prepara en cinco minutos.
Hace unos días vimos cómo ganarse el postre, es decir, por qué hay que reservarse y comer esos azúcares justo después de hacer ejercicio. Pero ¿y si nos inventamos un postre con pocos azúcares y muchas proteínas? Podremos comer un postre sano a cualquier hora. Aquí está: pudding de queso y chocolate.
La base de este pudding de chocolate es un maravilloso queso fresco llamado cottage cheese. Es una especie de requesón granulado, muy rico en proteínas (caseína y suero de leche), y con muy poca grasa. Incluso se puede hacer en casa. Si no lo encuentras, puedes utilizar requesón.

El otro ingrediente son las proteínas de suero con sabor a chocolate, aunque seguro que sale bien con otros sabores. Si alguien todavía desconfía de estos polvos, sabed que se fabrican con suero de leche, que es el líquido que sobra al hacer queso. Antes se tiraba, pero es una pena. El suero es proteína pura, muy rica en aminoácidos. Los batidos son suero en polvo con cacao y edulcorantes.
Ingredientes (cuatro raciones)

  • 250 cottage cheese desnatado (o requesón)
  • 120 ml (medio vaso) de leche desnatada
  • 2 cucharadas de cacao en polvo amargo
  • 80 g de proteína de chocolate
  • 3 cucharadas de mantequilla de cacahuete

Nutrientes (aproximados por ración)

  • Calorías: 320 kcal
  • Proteína: 41 g
  • Carbohidratos: 14 g
  • Grasa: 11 g

Como todos los lacteos que usamos son desnatados, añadimos grasas saludables con la mantequilla de cacahuete. También se puede usar tahine (pasta de sésamo) o pasta de almendras.

Simplemente mezcla todos los ingredientes con una batidora y repártelos en cuatro o más moldes resistentes al calor. Los moldes que yo uso son de silicona. Ahora puedes decidir:
En el microondas: dos minutos a media potencia. Puede que necesite algo más, pero ten cuidado de que no se reseque.
En el horno: pon dos dedos de agua en una bandeja y los moldes encima. Tápalo con papel de aluminio y deja que se cuajen en el horno al baño maría, como si fueran flanes. Son 25 minutos a 180 grados. De nuevo, no dejes que se resequen, es mejor quedarse cortos.
Déjalos enfriar y después ponlos en la nevera una hora como mínimo. Puedes espolvorearlos con un poco de cacao para decorarlos.
¡Espectacular!