El sirope de arce y otras dietas yo-yo


Con la operación bikini en marcha, vuelven al ataque las dietas con apellido: la de la alcachofa, de la naranja, del sirope de arce, la de la sopa de cebolla o la de la manzana. No lo hagas, o te convertirás en un yo-yo con patas.
Por ejemplo, la dieta del sirope de arce consiste en consumir nada más que agua azucarada durante una semana. Sí, el jarabe de arce es más sano que el azúcar porque contiene minerales, pero se compone principalmente de sacarosa (azúcar común), no tiene nada mágico. Y el azúcar es lo peor.
Durante una semana estarás ingiriendo 400 calorías al día. Claro que se pierden hasta cuatro kilos. ¡Te estás matando de hambre! Pero no te preocupes, lo recuperarás con propina en cuanto dejes la dieta. En el proceso habrás perdido masa muscular que ya no recuperarás. Cuando vuelvas a ganar peso, será todo grasa. Te pondrás otra vez a dieta, pero con cada ciclo, estarás peor.
 

Además, con menos músculo, tu metabolismo baja, lo cual implica que necesitas menos energía, y que si comes lo mismo, engordarás más. También estarás más cansado, y con menos ganas de hacer deporte, lo único que podría salvarte.
Otras dietas basadas en frutas o verduras son, además de hipocalóricas, diuréticas. Es decir, la mayor parte de lo que perdemos es agua. Al deshidratarnos, perderemos electrolitos muy necesarios. Los efectos secundarios incluyen fatiga, dolores de cabeza, estreñimiento, vómitos y nauseas.
Muchas dicen ser dietas depurativas que eliminan las toxinas acumuladas en nuestro organismo. “Sabes que te estás limpiando porque empiezas a oler mal”, me dicen. Pues malas noticias. Hueles mal porque estás cetónico, tu cuerpo está empezando a comerse a sí mismo (principalmente tu músculo) y el subproducto es acetona y otras toxinas que se acumulan en tu hígado. Sí, la dieta depurativa te intoxica.
Olvídate de perder peso rápido. Cambia tu forma de alimentarte, haz deporte y no pierdas más de un kilo al mes. Eso son 12 kilos al año, pero si lo haces bien, nunca volverán.