Tomar suplementos no protege contra el coronavirus

En estos días confusos los suplementos que permiten reforzar las defensas de nuestro organismo, nuestro sistema inmunitario, están desapareciendo de los anaqueles de las farmacias y los herbolarios. El problema es que tomar más vitaminas o antioxidantes no es efectivo para protegernos de infecciones. Primero debemos comprender cómo funcionan nuestras defensas.

Cuando nos ataca un virus desconocido para nuestro organismo, la primera defensa es genérica, de brocha gorda, e inflamatoria. Los glóbulos blancos generan una alarma química que produce fiebre, inflamación y un aumento de los radicales libres y enzimas para fumigar al invasor. Estos son los días en los que notamos la infección y se manifiestan todos los síntomas.

Evidentemente, solo queremos que esto ocurra en situaciones de emergencia. Así que, incluso si fuera posible, no sería deseable que nuestro sistema inmunitario estuviera “reforzado” todo el tiempo.

La segunda respuesta del sistema inmunitario es más específica y meditada. Determinadas células toman muestras del virus y fabrican anticuerpos. Estas son moléculas que encajan exactamente como piezas de un puzzle con alguno de los componentes del virus y se quedan pegadas a él. Estos anticuerpos son como los cepos que coloca la Policía a los coches mal aparcados, e incapacitan al virus para atacar a nuestras células. Por otro lado, los virus quedan así marcados para que los fagocitos, glóbulos blancos de la sangre, los devoren y eliminen.

El sistema inmune no es un solo órgano, sino un conjunto de tejidos, compuestos y células: glóbulos blancos, anticuerpos, el bazo, la médula ósea y el sistema linfático. ¿Qué es necesario tomar para que este sistema funcione? En principio, lo mismo que hace funcionar al resto del organismo: proteínas que proporcionen aminoácidos esenciales con los que fabricar glóbulos blancos y anticuerpos, ácidos grasos esenciales omega-3 y omega-6 para fabricar factores inflamatorios y antiinflamatorios, y vitaminas y minerales para todas las reacciones químicas que se producen.

Si tenemos una deficiencia, por ejemplo, de vitamina A, vitamina C o zinc, el funcionamiento normal del sistema inmunitario puede verse afectado. Sin embargo, no por tomar dosis suplementarias de vitaminas y minerales funcionará mejor.

De hecho, si se toman como suplementos, el exceso de cualquiera de estas sustancias puede producir el efecto contrario. En un famoso experimento se administraron altas dosis de vitamina A y betacaroteno a fumadores para intentar prevenir el cáncer de pulmón, y lo que se consiguió es que hubiera más casos de cáncer. También se ha visto que los antioxidantes como la vitamina C se vuelven oxidantes en exceso.

Tampoco hay registro de efectos positivos de la coenzima Q-10, que solo actúa en caso de deficiencia, el glutatión, un antioxidante natural del cuerpo que no se absorbe, o el propoleo, de cuyos efectos no hay pruebas convincentes.

Los probióticos no son una panacea

También se están vendiendo probióticos (bacterias) como solución para reforzar las defensas. Es cierto que las bacterias son responsables de regular nuestra respuesta inmunitaria. Algunas familias de bacterias, como los famosos Lactobacillus, que actúan contra otras bacterias patógenas, como las que causan la candidiasis o la úlcera gástrica. Sin embargo, no hay pruebas de que sean efectivos contra los virus.

El efecto es más general. Se ha observado que ciertos Lactobacillus tienen el efecto de potenciar las células Th1, que son células “ayudantes” del sistema inmunitario dedicadas a obtener muestras de bacterias y virus para que luego otras células especializadas fabriquen anticuerpos. Es decir, forman parte de la inmunidad adquirida de nuestro organismo, la que recuerda las infecciones.

Lo que en cualquier caso se ha podido comprobar es que la diversidad de colonias de bacterias hace que el sistema inmunitario sea más eficiente, y eso depende de una dieta variada. Los alimentos fermentados, que contienen bacterias vivas, como el yogur, el kimchi o el chucrut, son buenas fuentes de una gran variedad de bacterias del tipo Lactobacillus.

¿Qué ocurre con los (carísimos) yogures líquidos en botes diminutos que contienen cepas patentadas como el Lactobacillus casei? Aunque estas bacterias han probado en estudios ofrecer cierta protección contra los catarros y activar las células NK (asesinas naturales), lo cual también podría ofrecer ventajas contra los virus, las cantidades de bacterias son muy pequeñas, en general una cuarta parte de las dosis utilizadas en los experimentos. Tampoco se ha probado que tengan efectos diferentes a los de los alimentos fermentados en general, que suelen tener una cantidad muy superior de bacterias vivas, y de muchos tipos diferentes.

¿Se puede reforzar entonces el sistema inmunitario? Los estudios apuntan a tres formas:

¿En qué se basa todo esto?

β-Carotene and lung cancer: a case study
β-caroteno y cáncer de pulmón: un estudio de caso
Por el contrario, los resultados de la intervención de grandes ensayos controlados de la suplementación con β-caroteno no respaldan las asociaciones beneficiosas observadas o un papel para el β-caroteno suplementario en la prevención del cáncer de pulmón; en cambio, proporcionan evidencia sorprendente de los efectos adversos (es decir, incidencia excesiva de cáncer de pulmón y mortalidad general) en los fumadores. DOI: 10.1093/ajcn/69.6.1345S

Antioxidant-Induced Stress
Estrés inducido por los antioxidantes
Aunque los mecanismos no se explican en esos ensayos, los resultados sugieren que alterar el delicado equilibrio entre antioxidantes y especies reactivas produce estrés inducido por antioxidantes, si los antioxidantes superan la producción fisiológica de especies reactivas. Aunque estas conclusiones siguen siendo especulativas, el mejor consejo sería ingerir antioxidantes de fuentes de alimentos en lugar de suplementos auto prescritos. DOI: 10.3390/ijms13022091

Lactobacillus acidophilus ATCC 4356 inhibits biofilm formation by C. albicans and attenuates the experimental candidiasis in Galleria mellonella
Lactobacillus acidophilus ATCC 4356 inhibe la formación de biopelículas por C. albicans y atenúa la candidiasis experimental en Galleria mellonella
En resumen, en el presente estudio, tanto las células como el sobrenadante de cultivo de L. acidophilus ATCC 4356 pudieron inhibir la formación y filamentación de biopelículas por C. albicans in vitro. DOI: 10.4161 / 21505594.2014.981486

Use of probiotics in the fight against Helicobacter pylori
Uso de probióticos en la lucha contra Helicobacter pylori
Se ha propuesto la administración de probióticos para aumentar la tolerabilidad y la eficacia del tratamiento de erradicación de H. pylori. Los resultados de los ensayos clínicos más recientes parecen confirmar estas hipótesis.

Two strains of probiotic Lactobacillus enhance immune response and promote naive T cell polarization to Th1
Dos cepas de Lactobacillus probiótico mejoran la respuesta inmune y promueven la polarización ingenua de células T a Th1
En conclusión, ambas cepas de Lactobacillus pueden aumentar la tasa de conversión de linfocitos en ratones, aumentar el metabolismo energético y la capacidad fagocítica de los macrófagos y la secreción de citocinas antiinflamatorias, promover la polarización de las células a Th1 y hacer que el sistema inmune sea flexible. Al mismo tiempo, las cepas de Lactobacillus pueden resistir una gran cantidad de invasores que amenazan diferentes partes del cuerpo, beneficiando la resistencia del cuerpo a la infección de patógenos intestinales y exhiben un cierto efecto antiviral. DOI: 10.1080/09540105.2019.1579785

A healthy gastrointestinal microbiome is dependent on dietary diversity.
Un microbioma gastrointestinal saludable depende de la diversidad dietética.
Las opciones dietéticas seleccionan sustratos para especies, proporcionando una ventaja competitiva sobre otras microbiotas gastrointestinales. Cuanto más diversa sea la dieta, más diverso será el microbioma y más adaptable será a las perturbaciones. Desafortunadamente, la diversidad dietética se ha perdido durante los últimos 50 años y las elecciones dietéticas que excluyen los productos alimenticios de animales o plantas reducirán aún más el microbioma gastrointestinal. DOI: 10.1016/j.molmet.2016.02.005

Cardiorespiratory fitness as a predictor of intestinal microbial diversity and distinct metagenomic functions
La aptitud cardiorrespiratoria como predictor de la diversidad microbiana intestinal y las distintas funciones metagenómicas.
Los resultados de este estudio muestran que la aptitud cardiorrespiratoria se correlaciona con una mayor diversidad microbiana en humanos sanos y que los cambios asociados están anclados alrededor de un conjunto de núcleos funcionales en lugar de taxones específicos. The microbial profiles of fit individuals favor the production of butyrate. 

Effects of a Fermented Milk Drink Containing Lactobacillus casei Strain Shirota on the Human NK-Cell Activity

Efectos de una bebida de leche fermentada que contiene Lactobacillus casei Strain Shirota sobre la actividad de las células NK humanas
Por lo tanto, nuestros resultados sugieren fuertemente que beber leche fermentada que contiene LcS puede aumentar la actividad de las células NK, lo que resulta en el mantenimiento de una vida saludable y la prevención de enfermedades.

Effect of dietary protein and amino acids on immune function.
Efecto de proteínas y aminoácidos en la dieta sobre la función inmune.
Estos datos sugieren que la suplementación con arginina puede mejorar o preservar la función inmune en pacientes quirúrgicos de alto riesgo y, en teoría, mejorar la capacidad del huésped para resistir la infección.

source https://www.eldiario.es/tumejoryo/Tomar-suplementos-protege-coronavirus_0_1004050556.html