El frío no te pone enfermo

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El frío del invierno no te pone enfermo, y además te ayuda a quemar grasa. Conoce las verdaderas causas y podrás prevenir infecciones.
Aprovechando que la temperaturas en Madrid están en un solo dígito, es el momento de desmontar uno de los mitos más extendidos: pensar que el frío del invierno nos pone enfermos.
Seguro que cuando eras pequeño a ti también te ponían gorro, bufanda y te envolvían en capas y capas de ropa. Seguro que también cogías la gripe igual, porque el frío no es la causa de la gripe ni de los resfriados.
No solo eso, sino que el frío puede ser un poderoso aliado a la hora de quemar grasa. En un estudio de la universidad de Maastricht se comprobó que pasar unas horas al día a 16 grados C activa la grasa marrón, ese tejido que hace que tu cuerpo queme la grasa de tu barriga para calentarse.
Pero entonces, ¿por qué los resfriados y la gripe son mucho más frecuentes en invierno? Todo tiene una explicación.
La gripe es un virus. Los resfriados son causados por otro virus, y la faringitis por una bacteria. Siempre estamos hablando de infecciones. En ambos casos, son estos microorganismos los culpables de que nos pongamos enfermos, no el frío.
Tanto los virus de la gripe como del resfriado se transmiten a través de los conductos nasales. Alguien estornuda o tose a nuestro lado, y terminamos aspirando gotitas microscópicas de su saliva que transportan los agentes infecciosos.
El frío nos impulsa a resguardarnos en espacios cerrados, como nuestras casas, oficinas o transporte público, y en todos estos sitios hay personas que pueden estar enfermas. Además, la calefacción reseca el aire y nuestras mucosas. Una nariz reseca hace mucho más fácil que los virus y bacterias se agarren a ella. Lucha contra las infecciones:

  • Se ha comprobado que en un interior húmedo y bien ventilado los virus de la gripe se vuelven inactivos. Por eso muchas personas que duermen con la ventana abierta en invierno dicen no ponerse enfermas.
  • La mejor forma de prevenir el contagio es usar mascarillas, algo que resulta común en Japón, por ejemplo. En occidente, donde no está tan bien visto, es una buena idea cubrir tu boca y nariz con una bufanda.
  • También te vendrá bien usar humidificadores en el interior de la casa y la oficina.
  • Por último, si eres tú el infectado, cúbrete la boca al estornudar o toser, y en caso de emergencia, hazlo en una de tus mangas, nunca en tu mano. Así será menos probable que contagies a otra persona por contacto.

Foto: Woman caught cold, de Shutterstock, no reutilizar