Cuatro pasos para dejar de quejarte

quejarse

El derecho al pataleo no te lleva a ningún lado, supera tus quejas y empieza a actuar
Dicen que alivia, que por lo menos lo dejas salir, pero lo cierto es que cuando te pasa algo malo, quejarte no te ayuda a mejorar tu situación. No se trata de engañarse a uno mismo pensando que todo está bien, ni tampoco resignarse a que todo va a salir mal. El truco es utilizar tus quejas para salir del problema.
Los cuatro pasos para dejar de quejarse son estos:

  1. Identifica qué es lo que te produce malestar y te lleva a quejarte
  2. Piensa en una alternativa inmediata a la queja. ¿Qué podrías hacer para sentirte mejor?
  3. Baja el listón. Tú esperabas que las cosas te salieran bien, pero no ha sido así. Aguanta esa situación durante un rato, intentando relajarte, y no seas muy duro contigo mismo
  4. Piensa en una solución a largo plazo para que no se repita esta situación en el futuro.

Pongamos un ejemplo. Imagina que te has encontrado con un enorme atasco de tráfico, llegas tarde, la interminable fila de coches no avanza, y empiezas a lamentarte y jurar en arameo. Aplica el método siguiendo este diálogo interior:

  1. Me siento mal porque con este atasco voy a llegar tarde a una cita muy importante, y todo el mundo pensará que soy una persona informal
  2. No hay nada que pueda hacer en este momento, así que voy a escuchar música o las noticias y respirar hondo
  3. Siempre intento ser puntual, pero llegar tarde no es el fin del mundo, ni por eso soy una persona peor
  4. La próxima vez saldré antes, consultaré el estado de las carreteras o evitaré la hora punta

Aplica el mismo método a otras situaciones frustrantes que hacen que te sientas mal:

  • Antes podías hacer diez flexiones y hoy no llegas ni a cinco
  • Te has puesto hasta arriba de bollos industriales
  • Tienes dolor de espalda
  • Tu jefe está furioso contigo y te ha gritado
  • Te han puesto una multa de aparcamiento
  • Te has roto un dedo
  • Te ha dejado tu novia / novio

En cuatro pasos, habrás dejado de quejarte y respiras más tranquilo. ¿No es mucho mejor que blasfemar y aporrearte la cabeza?

Foto: Whiny little boy de shutterstock, no se permite reutilizarla