La grasa marrón que tienes en tu cuerpo es tu aliada. Es la grasa que quema grasa.
Quizá no hayas oído hablar de la grasa marrón. Este tejido misterioso está en tu cuerpo, y hasta hace poco se pensaba que solo estaba presente en los bebés y desaparecía en los adultos. El tejido adiposo marrón (BAT, por sus siglas en inglés) tiene como principal función producir calor sin necesidad de recurrir al mecanismo natural de tiritar. El riesgo de hipotermia es mayor en los bebés, por eso acumulan una gran cantidad de grasa marrón en su espalda, que con los años va disminuyendo.
Aunque no desaparece por completo. Los adultos conservan grasa marrón en el cuello y el pecho. ¿Por qué necesitas más grasa marrón? Porque la grasa marrón quema grasa. Las células de la grasa marrón contienen un mayor número de mitocondrias (esas pequeñas centrales energéticas dentro de las células) que les dan su color oscuro en lugar de blanquecino. Las mitocondrias de la grasa marrón queman la grasa blanca que acumulamos en el resto del cuerpo para producir calor, incluso mientras estamos sentados.
La otra buena noticia es que tu cuerpo puede convertir la grasa blanca (esa que te molesta) en grasa marrón. Sigue estos consejos:

• Pasa un poco de frío: es la solución más evidente, y la que funciona mejor. En un experimento en Japón el que los voluntarios se sentaban en una habitación a 17 grados durante dos horas al día durante seis semanas, se comprobó que al final quemaban más calorías en reposo, señal de que habían activado y desarrollado más grasa marrón.
• No pases hambre: un estudio ha podido comprobar que la restricción calórica detiene la transformación de las células de grasa en grasa marrón en ratones. Mantén tu peso comiendo todo lo que necesitas, especialmente proteínas y grasas esenciales.
• Haz ejercicio: ninguna sorpresa, el ejercicio también activa la transformación de la grasa marrón ya que dispara la producción de una enzima llamada irisina. Este efecto se mantiene en el tiempo aunque baje el ritmo de entrenamiento.

Foto: brown adipocites, de Shutterstock, no reutilizar