Cómete los plátanos verdes

plátanos verdes
Los plátanos maduros y los plátanos verdes son frutas diferentes. Esto es lo que hacen en tu cuerpo.
Si eres de esas personas a quienes les gustan los plátanos muy maduros, de esos que ya casi empiezan a oler a acetona, tengo noticias: te vendría mejor comértelos un poco más verdes.
Ya sabemos que los plátanos son ricos en carbohidratos, pero quizá no sepas que el tipo de carbohidratos que contienen cambia a medida que maduran. Los plátanos maduros son en su mayoría azúcar: glucosa, fructosa y sacarosa. Sin embargo, los plátanos más verdes contienen más almidón.
Los plátanos se recolectan cuando están todavía verdes, para evitar que se dañen durante el transporte. Al madurar, algo que puedes ver en tu casa, la protopectina que contienen se convierte en pectina soluble, es decir, fibra soluble. En el proceso expulsa etileno, un gas que puede hacer que maduren los tomates que están junto a los plátanos.
La protopectina es más difícil de digerir, lo cual quiere decir que hay una subida de insulina más lenta. Eso quiere decir que tienes energía durante más tiempo para hacer deporte, evitas subirte a la montaña rusa del azúcar, y la bajada repentina de glucosa en sangre a las dos horas de comer.
 
El almidón de los plátanos verdes, además es almidón resistente, el mejor tipo posible: los carbohidratos que queman grasa. El almidón resistente está compuesto por cadenas más largas y aporta menos calorías, pero además, ralentiza la absorción de los azúcares. Eso significa de nuevo menos insulina y menos acumulación de grasa. Por si fuera poco también estimula la quema de grasa en las células. Así que haz como yo, que tu plátano cruja un poco.
NOTA: Otra opción es comer plátano macho, también llamado banano, que no es dulce y contiene el mismo tipo de almidón. Úsalo como si fuera una patata.