Ya como menos carbohidratos ¿por qué no pierdo peso?

recortar carbohidratos
Eliminar carbohidratos de tu dieta, especialmente azúcares, es la mejor opción. Pero, ¿y si no funciona?
Un hecho: las dietas bajas en carbohidratos son más efectivas que las bajas en grasa para perder peso en general y mejorar tu composición corporal (menos grasa, más músculo), además de evitar el riesgo de enfermedades metabólicas. Esto se ha comprobado en multitud de estudios.
Ahora bien, a veces recortar carbohidratos no funciona. Antes de ponerte a renegar de la dieta, comprueba si no estás cometiendo uno de estos fallos:

  1. Estás perdiendo grasa, pero no peso: Una de las consecuencias de hacer más ejercicio intenso y comer menos azúcares y harinas refinadas es que aumenta la cantidad de músculo. El músculo es más denso que la grasa, así que puede que la aguja de la báscula no se mueva. Pero si pierdes centímetros de cintura, estarás perdiendo grasa
  2. No estás haciendo deporte correctamente: hacer horas de cardio moderado no te ayudará sino todo lo contrario. Es mucho más efectivo hacer ejercicios de intervalos de alta intensidad o ejercicios de fuerza con pesas o tu peso corporal.
  3. No estás recortando suficientes carbohidratos: dependiendo de tu sensibilidad a la insulina tu cuerpo acepta más o menos carbohidratos. Si eres resistente a la insulina puede que tengas que recortar más aún. Puedes llegar a consumir 50g o menos, e intentar entrar en cetosis.
  4. Tienes mucho estrés: el estrés crónico, con su consiguiente subida de los niveles de cortisol, tiene dos efectos. Por un lado hace que almacenes más grasa. Por otro lado provoca antojos de comida dulce, con lo que puedes caer más fácilmente en la tentación.
  5. No estás comiendo suficiente grasa: no puedes recortar los carbohidratos y las grasas a la vez porque entonces no tendrás suficientes calorías, bajará tu metabolismo y tendrás hambre todo el tiempo. Asegúrate de reemplazar las calorías de los carbohidratos con grasa saludable de frutos secos, aguacates y aceite de oliva, entre otros.
  6. Te estás pasando con la grasa: una dieta baja en carbohidratos no es un cheque en blanco para comer queso y chocolate amargo. La grasa es muy densa en calorías, y si la comes en exceso, la almacenarás.
  7. No duermes suficiente: ya sabes que no dormir engorda. La falta de sueño contribuye a subir tus niveles de cortisol y hará que tu cuerpo almacene más grasa, y tengas más hambre. Si tienes problemas para conciliar el sueño, reduce la cantidad de café que tomas al día.
  8. Te estás pasando con los edulcorantes artificiales: los edulcorantes no son perjudiciales (o al menos lo son mucho menos que el azúcar) pero sí influyen en tu apetito. Tomar refrescos con edulcorantes sin calorías no de desengancha de los sabores dulces, y además te hace pensar que te puedes permitir más cantidad de comida.
  9. Eres impaciente: cambiar tu cuerpo lleva tiempo, no conseguirás grandes cambios en un par de semanas. Consulta la Operación Transformer.

Foto: roast chicken, de shutterstock, no reutilizar